La firma invitada de Pau Fer: Detrás de las cámaras de «Más allá del Barrio»

Ser jugador de la Kings League es una oportunidad única.

Una oportunidad para compartir vestuario con quienes fueron tus ídolos, vivir experiencias inimaginables como jugar en el estadio del Atlético de Madrid o coincidir con personas que realmente valen oro.

Después de disputar la final en el Metropolitano y perderla en penaltis ante 60.000 espectadores, creamos un equipo con nuevos jugadores para intentar repetir la hazaña. Pero en lugar de eso, vivimos unas temporadas para el olvido.

De verdad. Perdimos muchos partidos, caímos eliminados en todos los Playoffs, nos quedamos fuera de la Kings World Cup Clubs que se jugaba en México… Ya os lo he dicho, fatal.

Eso sí, habíamos creado un grupo humano brutal. Estábamos muy unidos, pero sabíamos que ese sería el último Split que íbamos a jugar juntos. Se acercaba el Mercato de fichajes y todo se iba a mover (spoiler: así fue).

El nacimiento de Más allá de El Barrio

El caso es que junto a Bruno Gumà enfocamos en crear contenido: documentales, vídeos, experiencias… Y un día, mientras comíamos en casa de Arché, surgió la idea de hacer lo que en ese momento llamamos un All or Nothing de El Barrio.

Podía quedar espectacular, no solo a nivel audiovisual, sino también como una forma de mostrarle a la gente lo que realmente supone jugar en la Kings League: lo que hay detrás de los jugadores y, sobre todo, rendir homenaje a un grupo que ya no era solo un equipo, sino una familia.

Se lo planteamos a nuestro presidente, Adri Contreras. Fuimos 100 % sinceros. «Mira, Adri, queremos hacer un documental de El Barrio». No nos dejó ni terminar la frase antes de darnos el sí. Nos apoyaría en todo lo que hiciera falta.

Nuestra idea era grabarlo todo. ¡Sí, todo! Momentos felices, cenas de equipo, jugadores con sus familias, discusiones entre compañeros, enfados del entrenador… Este documental lo muestra sin filtros.

Dificultades asociadas a la grabación

Lo más difícil fue que quienes dirigíamos el documental también éramos parte del equipo. Una situación comprometida porque después de una derrota tenías que pedirle al videógrafo que siguiera a alguien en concreto porque sabías que estaba molesto.

O decirle que se quedara con el entrenador porque intuías que iba a rajar de algún jugador. Nada más lejos de la realidad.

Y después, en el montaje, con más de 100 horas de grabación, tocaba lidiar con un nuevo reto: que ningún compañero se molestara por salir en una determinada situación.

Nosotros, con la intención de incluir ciertas escenas, teníamos que convencer a la gente de que no pasaba nada porque saliera a la luz. Son cosas que pasan en todos los equipos y así es la Kings League.

Ha sido un viaje maravilloso, que nos va a dejar un recuerdo muy real de todo lo vivido. Por fin, la gente va a saber qué se siente estando dentro de un vestuario de la Kings League.